Recomendaciones para mejorar el estado de ánimo y evitar el estrés
A pesar de que no puede marcarse un punto exacto en el comienzo del envejecimiento normal de la persona, sí que se considera que a los 30 años aproximadamente comienzan los cambios en la integridad de los tejidos y sistemas que caracterizan al envejecimiento. En este sentido, el papel de las hormonas del estrés en el envejecimiento prematuro y en el desarrollo de distintas enfermedades es muy clara, ya que aceleran los procesos naturales y desencadenan la aparición de procesos que podrían prevenirse.
¿Cómo actúa el estrés en el organismo?
Existe un estrés adaptativo que se produce como consecuencia de un evento alarmante. El cuerpo detecta un peligro y se librera cortisol y adrenalina. Esta liberación produce una respuesta en el organismo que cualquiera ha experimentado en una situación de urgencia: aumenta la frecuencia cardiaca, la frecuencia respiratoria y se acelera el flujo sanguíneo por todo el cuerpo. Estos cambios hacen que la persona responda rápidamente ante una amenaza.
El estrés malo o distrés es el que se produce de forma continua y crónica relacionado con factores psicológicos que activan las hormonas del estrés. Este estrés induce una serie de procesos que son el origen de las enfermedades y el envejecimiento precoz:
- Alto estrés oxidativo inducido por un exceso de radicales libres
- Una inflamación crónica persistente
- La reducción de la longitud de los telómeros
- La exposición crónica a corticoides endógenos
- Reducción del sistema inmune
¿Qué efectos tiene el estrés crónico a largo plazo?
El estrés crónico genera una un exceso de producción crónica de cortisol. La hipercortisolemia crónica (exceso de cortisol en sangre) afecta a nivel cerebral a una región muy concreta llamada hipocampo, encargada de la memoria explícita y sobre todo del aprendizaje. Está relacionado con enfermedades como la depresión, la ansiedad, enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. En el resto del cuerpo, se producen alteraciones que llevan al desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes, la hipertensión y la arteriosclerosis, el síndrome de apnea del sueño, enfermedades autoinmunes, alteraciones del sistema inmunitario y alteraciones digestivas. Incluso a nivel cutáneo produce un aumento de los radicales libres y comienzan a aparecer los signos típicos del envejecimiento cutáneo.
¿Por qué es importante la prevención?
Los daños causados por el estrés crónico y el exceso mantenido de cortisol son en su mayoría irreversibles, muchos pueden mejorarse y frenarse, pero una vez establecida la enfermedad no desaparece. Es por eso por lo que la clave está en la prevención.
Encontrar una manera de vivir evitando el estrés crónico y manteniendo una respuesta emocional equilibrada, reduciendo el estrés oxidativo y la inflamación crónica mediante hábitos de vida saludables se mejora no solo la longevidad, sino una vida de calidad.
Claves para mejorar el Bienestar emocional:
- Conectar con el presente mediante la meditación o mediante ejercicios de respiración: Tomar conciencia del CUERPO y escuchar, conectar con la respiración CONSCIENTE. Observar unos momentos como entra y sale el aire. Esto influye en la salud y el equilibrio de todo el cuerpo, proveer momentos de CALMA.
- Llevar una alimentaciónsana, equilibrada y consciente. La sensación de autocuidado, hacerse cargo de la salud a través de una alimentación rica y gratificante. Aportar al cuerpo lo que necesite, según las circunstancias en la que estemos. Sobretodo apostar por los alimentos naturales cereales, fruta, verduras. Comer utilizando todos los sentidos, la vista, el olfato, el gusto, el tacto y con tiempo para disfrutar y ser conscientes.
- La actividad física es el gran productor de neurotransmisores que generan felicidad como la serotonina y la dopamina. Dedicar tiempo a la actividad física también incluye bailar, jugar, saltar…en grupo o en solitario. Puede ser un momento para compartir o para uno mismo.
- Dimensión social: Compartir pensamientos y emociones ayuda a conocer la situación en la que nos encontramos. Darse permiso para ventilar las emociones siendo consciente de ellas y poniéndoles palabras, compartiéndolas con otras personas, ya sean amigos o familiares. Las emociones solo necesitan un espacio para expresarse, son temporales.